Cómo evitar los cambios bruscos de temperatura

En otoño llegan los primeras descensos de temperatura y nos encontramos con los repentinos cambios climáticos, que también son característicos del verano. Nos hemos acostumbrado a experimentar una transición casi instantánea entre el calor y el frío, y viceversa. ¿Cuál es el factor que contribuye a esto? Algunos sistemas de calefacción. Estos cambios pueden desencadenar enfermedades respiratorias y otras afecciones, por lo que es fundamental tener en cuenta ciertas pautas para prevenir estos problemas de salud.
¿Por qué nos enfermamos debido a los cambios abruptos de temperatura?
Nuestro sistema respiratorio reacciona de manera sensible ante variaciones notables en la temperatura ambiental. Cuando pasamos de un entorno frío a uno extremadamente cálido, se produce una acumulación de moco en las vías respiratorias, ya que estas dejan de funcionar de manera eficiente como lo harían en un ambiente de temperatura constante. Esto crea un entorno propicio para infecciones y el riesgo de contagio por virus y bacterias.
Algunas de las enfermedades comunes que pueden desarrollarse con facilidad debido a los cambios bruscos de temperatura incluyen:
1. Resfriados.
2. Alergias.
3. Gripes.
4. Anginas.
Además de estas afecciones relacionadas con el sistema respiratorio, varios estudios han demostrado una conexión entre los cambios abruptos de temperatura y un mayor riesgo de sufrir un infarto de miocardio. El estudio más reciente al respecto fue publicado en la revista Science Daily el 1 de marzo de 2018.
Cómo evitar los cambios bruscos de temperatura
Es esencial regular la temperatura de la calefacción para evitar los cambios bruscos de temperatura. Sin embargo, en lugares públicos, es inevitable pasar del frío exterior al calor intenso que prevalece en algunos restaurantes, centros comerciales y otros edificios públicos. Por esta razón, se aconseja lo siguiente:
1. Optar por vestimenta que se pueda poner y quitar fácilmente.
2. Proteger el cuello con pañuelos.
Por otro lado, es importante mantenerse bien hidratado mediante la ingesta de líquidos, seguir una dieta equilibrada, lavarse las manos con frecuencia y ventilar la vivienda. Siguiendo estos consejos, podremos reducir en gran medida el riesgo de enfermarnos debido a los cambios bruscos de temperatura.