Descubre las cortinas térmicas

El invierno se acerca y con él, un contexto económico bastante complicado. Los precios de los servicios básicos se han disparado, lo que hace que muchas familias busquen formas de ahorrar. Una de las opciones más interesantes para reducir la factura de la luz es la instalación de cortinas térmicas. Estas cortinas no solo ayudan a mantener el calor en el interior de la vivienda, sino que también pueden ser un elemento decorativo que aporte estilo y personalidad a cualquier espacio.
Además de la instalación de cortinas térmicas, existen otras medidas que se pueden tomar para ahorrar en la factura de la electricidad durante los meses de invierno. Por ejemplo, una buena idea es revisar la instalación eléctrica de la vivienda para detectar posibles fugas de energía y corregirlas. También es importante asegurarse de que todos los electrodomésticos tienen la etiqueta energética adecuada, ya que los modelos más eficientes pueden ayudar a reducir el consumo de energía.
En resumen, en un contexto económico complicado, la instalación de cortinas térmicas puede ser una opción muy interesante para reducir la factura de la luz. Además, es importante revisar la instalación eléctrica de la vivienda y optar por electrodomésticos más eficientes para ahorrar energía y dinero en el largo plazo.
¿Qué son las cortinas térmicas?
Las cortinas térmicas son aislantes del frío y el calor, lo que favorece mantener una temperatura adecuada durante todo el año. De este modo se consigue ahorrar energía, ya que consiguen bloquear la luz.
Lo más habitual es que durante las épocas de frío en otoño e invierno, el calor se pierda por los denominados puentes térmicos, las ventanas. Con la utilización de las cortinas térmicas esto se evita.
¿Cómo se fabrican las cortinas térmicas?
Este tipo de cortinas se elaboran con tela y materiales aislantes. Existen de muchos tipos, pero todas cuentan con un mínimo de tres capas diferentes:
- La capa interior. Se trata de la tela decorativa que se ve desde el interior del hogar.
- La capa de espuma. Se coloca después de la capa interior y está formada por un núcleo de espuma que hará de aislante.
- La capa antihumedad. Se trata del acabado que se verá desde la calle si miramos hacia la ventana. Se fabrica con materiales que no son transpirables para evitar que la capa de espuma absorba la humedad o se cree condensación.