Los árboles-botella: Un método de adaptación a la sequía mundial

Desde hace varias décadas, el agua se ha convertido en un recurso cada vez más escaso debido al cambio climático, la expansión de la agricultura y la ganadería intensiva, así como a los nuevos patrones de consumo. Como resultado, la sequía a nivel mundial es un problema creciente y difícil de solucionar. Los científicos están trabajando en nuevas formas de adaptación a la escasez de agua, y entre las soluciones más innovadoras se encuentran los árboles-botella, que las aldeas de Madagascar han creado utilizando troncos de baobabs. En los últimos días se han celebrado importantes efemérides relacionadas con el medio ambiente, como el Día Internacional de los Bosques, el Día Mundial del Agua y el Día Mundial del Clima.
Qué son los árboles-botella y cómo se adaptan a la sequía
Ya hace tiempo que se construyen aljibes, embalses y otras construcciones similares para poder almacenar el agua. Este bien tan preciado permite la supervivencia de las especies que necesitan hidratarse para continuar desarrollándose, para que sea posible la vida. Ahora un pequeño territorio inhóspito de Madagascar usa el interior de los baobabs como depósitos de agua, se trata de los denominados árboles-botella.
En concreto perforan los troncos facilitando así la recogida de agua y muchos de estos ejemplares pueden llegar a almacenar más de 140.000 litros de agua en su interior. Durante la temporada de lluvias es cuando más agua se recoge; por otro lado, el tronco no se debilita, ya que su madera está compuesta mayoritariamente también de agua.
Al margen de los beneficios recaudadores de agua de los baobabs, también sirven para obtener fibras resistentes con las que elaboran cuerdas y el polen como pegamento.
El 25% de la superficie terrestre (unos 3.600 millones de hectáreas) está desertificado. Y las previsiones no son demasiado alentadoras: Se estima que en 2030 la escasez de agua provocará el desplazamiento de entre 24 y 700 millones de personas.