Por qué las cañas de papel no son una alternativa a las de plástico

En la actualidad, la emergencia climática es un tema de gran importancia en la sociedad y se requieren medidas efectivas para reducir el impacto ambiental. A pesar de los esfuerzos realizados por las instituciones y empresas, la crisis climática sigue siendo una amenaza. Muchas compañías han implementado medidas de responsabilidad social corporativa para reducir su huella ecológica, sin embargo, algunas de ellas pueden ser un simple lavado de imagen y no tener un efecto real.
Una de las medidas que ha ganado popularidad es la de ofrecer cañas de papel como alternativa a las de plástico. Aunque pueda parecer una opción más sostenible, en realidad puede no serlo tanto como se cree. Desde Lagom Life, te explicamos todos los aspectos negativos de esta alternativa al plástico, como el impacto ambiental de su producción, su falta de durabilidad y su capacidad de descomposición. Es importante evaluar todas las opciones antes de elegir una alternativa a los productos de plástico para no contribuir a la crisis climática en lugar de combatirla.
Los peligros del uso de las cañas de plástico tradicionales
Se estima que cada día se usan en el mundo 1.000 millones de cañas de plástico. Teniendo en cuenta que tardan en degradarse entre 200 y 500 años, está claro que se tiene que limitar su uso. De toda la basura y materiales plásticos que se vierten al mar, las cañitas representan un 4% y son un peligro para algunos animales marinos como las tortugas, ya que se pueden tragar las cañas fácilmente y tener problemas respiratorios graves.
Cañas de papel: ¿Una alternativa real?
Según datos de Greenpeace cada ciudadano español utiliza unas 110 cañas al año con un consumo total de 13 millones al día. El reciclaje no es una solución factible, porque la tasa real de reciclaje de los envases plásticos es solo de un 25,4%.
La propuesta que ha ganado más adeptos y cuenta con la participación de más comercios y empresas son las cañas de papel, pero no son tan sostenibles como nos pensamos. Los más críticos, señalan que esto solo es una fórmula para tranquilizar la conciencia del consumidor o para que las compañías cumplan con las normativas antiplástico.
Las cañas de papel son difíciles de reciclar porque son muy gruesas, el papel y el cartón tampoco son buenos conductores del líquido (por eso muchas se deshacen e impiden poder beber con normalidad y se tienen que usar más de una). Algunos fabricantes han optado por incluir más cantidad de celulosa y que sean más consistentes, pero esto también las hace ser menos biodegradables.
Está claro que el futuro del medio ambiente pasa para buscar fórmulas de reutilización y abandonar el estilo de vida de usar y tirar.